Desgraciadamente, se escribe a los escritores
 Marguerite Yourcenar
Sagrado oficio este de la escritura. Siempre se enfrenta uno al síndrome de la hoja en blanco, pero cada vez con mayor vehemencia: ya me hacía falta contar tantas cosas por contar. Y sé que ahí, sin conocerlo ni conocerme, alguien lee.
 
Las vacaciones en diciembre, el inicio en la universidad, el trabajo... el amor, sobre todo el amor; todos me han deparado sorpresas. Pero aquí he vuelto -como el Quijote- al comienzo de la segunda salida.
 
La desgracia no es no poder decirlo. La desgracia es poder y no hacerlo.
 
 
post scriptum. Gracias a los que dan la leidita. La constancia les logra lo que la falta de talento no me permite alcanzarles