Bajaba por la calle Ayacucho, en el cruce con El Palo, llegando a la iglesia en la que se encuentra medio Medellín: la de San José. Al pasar en mitad de cuadra, en la entrada destartalada y envecejecida del "Fotoestudio Yepes" me percaté de unos tacones en el suelo y unos piernas al aire agitándose como las de un bebé en berrinche. Al acercarme, la vi intentar pararse.

 

Podría tener 25 años, quizá menos, pero aparentaba más edad. Su pelo negro, despeinado, y sus ojos maquillados a lo más, con exceso de pestañina. Su cara reflejaba una vida vivida prematuramente. Era de ese tipo de mujeres que, sin uno saberlo lo sabes, que sólo andan con hombres casados, que buscan una estabilidad inestable en relaciones callejeras.

 

Él, un tipo de unos cuarenta años, bajito, barrigón y con esa cara de típico hombre machista colombiano, la estrujaba mientras ella intentaba pararse. Trataba de recoger sus tacones pero no mostraba afán por irse. Él tampoco mostraba empeño en violentarla, sólo la lanzaba contra el suelo. Quizá prefería verla a sus pies que enfrentarla en igualdad, quizá no valía la pena hacerle reclamos de manera más vehemente.

 

Dos policías, juntos a ellos, veían la escena mientras trataban de disuadir al señor, que no se inmutaba ante los uniformados mientras la mujer se paraba y continuamente volvía al suelo. En uno de esos intentos se acercó a él, "Es un hijueputa", fue todo lo que le escuché decir como hablándole a los policías. Ya al pararse, estos se interpusieron entre el hombre y ella para evitarle ir al suelo otra vez.

 

Mientras, yo seguía mi camino al Metro, aún faltaban varias cuadras. Supongo que fue un lío entre amantes, quizá ella se tomó un café con otro o de pronto fue el quien resultó increpado. De cualquier modo, ella mostraba indignación por el maltrato pero jamás trató de escapar o defenderse. Y lo buscaba, siempre se acercaba a él.

 

Es probable, si los policías actuaron, que el tipo haya dormido aquella noche en la estación. Ya debe estar estar afuera. Y ella, ella está con él de nuevo.

 
Esta semana se registró la visita 200 a este espacio. No sé si será real interés o mucha gente anda buscando sentido en la red, pero gracias por leer. Y criticar. Alguien se atrevió a escribir "esto qué es?".  Mientras, como Don Quijote a Sancho: volvamos a nuestras andadas
Agúzate Peralta que voy a escribir...
                                 Fernando Vallejo