Hace días lo traigo en mente. Recuerdo la canción, el programa y la manera en la que aprendí sobre caficultura, hacer el re-re y la lucha -en franca lid- contra la roya y la broca.
Pues sí, desde los anaqueles olvidados de la memoria, que se abren por veces únicas para luego confinar a los recuerdos al más profundo ostracismo, aquí emerge la canción -una de tantas- con la que crecimos y desarrollamos el espíritu ecológico que luego la adolescencia nos arrebató.
Las aventuras del Profesor Yarumo

donde nace la quebrada,
había un bosque muy bonito
y el agua nunca faltaba.
Pero un hombre irresponsable,
tumbó el monte y lo quemó,
ya no hay pájaros ni leña,
la cañada se secó.
La gente al verse sin agua,
bastante árboles sembró,
volvieron los pajaritos
y el agua también volvió.

Profesor Yarumo, Maestro. Tú, Héctor Alarcón Correa, Master
11:26 p. m. |
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apostillas

Comments (4)
si yo tambien me acuerdo.
El espíritu ecológico no se ha perdido por lo visto. Continúa siendo muy espiritual, es el problema. Pero del dicho al hecho, no hay gran trecho. ¿O sí?
Muy bueno, gracias a mi papa creci con el profe yarumo. El hombre, despues de recorrer un par de fincas a pie o en chiva, se daba sus buenos sancochos. Buena vida la del profe.
Despues vino el profe 2, me gustaba tambien
Que bonito recuerdo de mi infancia. Ahora me encuentro en un pais lejos de mi tierra, y el otro dia me acorde de esta cancion. Gracias!